Estuvimos en el cine Elíseos con Eduardo Ducay, en la cabina y el patio de butacas, mientras nos contaba los inicios de su trayectoria profesional, vinculados a este cine.
Recientemente este emblemático ha cerrado su sala de cine para siempre al ser vendido a una empresa multinacional.
El cine Elíseos fue sede del Cineclub de Zaragoza desde 1945. Uno de sus impulsores fue el propio Ducay, que tenía entonces 19 años y para él, como para tantos otros en esa época, el cine era un refugio cultural y un estímulo vital.
En domingos alternos, el cineclub programaba en el Elíseos unas películas que de ningún modo se podían ver en las salas habituales: cine de autor, cine mudo, documentales, cine de vanguardia, cine amateur o cine soviético. Ver películas de Eisenstein, en aquellas mañanas de domingo debía ser una experiencia intelectual e ideológica de lo más excitante.